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domingo, 16 de febrero de 2025

EL SISTEMA INSTITUCIONAL DE EVALUACIÓN "Algunos apuntes para que seas el dueño de tu propio proceso de calificación"



En  este año nuevo escolar deberías comprender muy bien la dinámica de  calificación en tu colegio Jhon F. Kennedy; esto te ayudará a reconocer el proceso de evaluación para que tengas el control total de los progresos en cada una de las asignaturas y áreas, pero además para que prepares mejor tus tareas y trabajos de clase, según lo  requieras.

Claro está que no deberías actuar por la nota, sino buscar tu preparación, ampliar tus conocimientos y desarrollar tus capacidades mentales, físicas y emocionales, pero como a final de cuentas el certificado de notas es el que define tu promoción al siguiente nivel, es importante que estudies el SIE institucional.

Para empezar debes entender el fundamento legal del SIE del colegio:

"Las reglas de juego para la evaluación en el colegio Jhon F. Kennedy están definidas en el Sistema Institucional de Evaluación (SIE). Cualquier estudiante que desee saber cómo se evalúa en la institución, solo debe leer y estudiar el SIE institucional. De todos modos es un deber del estudiante conocer dicho sistema a través del cual van a medir sus desempeños y competencias.

El decreto 1290 de 2009 como fundamento del Sistema de Evaluación en la Institución Colegio Jhon F. Kennedy, responde a la reglamentación de lo que está establecido en la Ley 115 general de educación y la Ley 715, que dictan las orientaciones para que las instituciones educativas reglamenten autónomamente sus mecanismo de calificación de acuerdo a sus necesidades, principios, objetivos y enfoque pedagógico."

También debes saber que la Escala de Valores correspondiente al grado de desempeño alcanzado por ti respecto del conjunto de actividades, tareas y ejercicios realizados durante el periodo, está establecida numéricamente de 1 a 5, y que corresponden cualitativamente a bajo, básico, alto y superior. Siendo claro que la nota mínima aprobatoria para cada competencia es 3.0 (básico).

Por eso es fundamental que le permitas al docente evaluar tu trabajo para que éste pueda asignar una valoración numérica, en otras palabras es necesario hacer lo que se te asigne hacer, así como participar en cada uno de los trabajos, tareas y ejercicios que se propongan. Es un principio, para tu evaluación, presentar todos y cada uno de los trabajos asignados para la clase o si se asigna como tarea. Permítele a tu profesor evaluarte, conocer tus capacidades y valorar tus desempeños.

¿Pero cuál es el fundamento para darle un valor numérico y conceptual al trabajo que realizas para mostrar desempeños alcanzar las competencias? pues está en las características de la evaluación descritas en el SIE y que se convierten en la base para proponer el sistema de evaluación. Dentro de algunas características están: la evaluación debe ser permanente, sistemática, objetiva, formativa, integral, participativa, flexible. 

Así que dichas características de la evaluación tienen implicaciones en tu desempeño y en la nota que recibirás por tu trabajo escolar: Todo es susceptible de ser evaluado por el docente, desde los aspectos del comportamiento, uso de uniforme, puntualidad, desempeño, actitud frente a lo que se le propone, compromiso, hasta la respuesta a cualquier requerimiento del docente. La manera en que un estudiante asume la realización de sus trabajos afecta positiva o negativamente el resultado de su evaluación ya sea por tareas o actividades, por periodos y en la calificación final.

Recuerda que en el SIE se asignó un porcentaje de la nota a cada una de las competencias que se desean evaluar como son el saber, el ser y el hacer. En este orden de ideas, es muy importante el manejo de conceptos, saber definir, la capacidad de explicación, la capacidad de análisis en asignaturas y áreas como español, sociales, filosofía, física cuántica, a diferencia de informática, educación física y artes en las que tiene un mayor valor porcentual para la nota final, la competencia del hacer.

La clave está en saber descifrar cómo funciona la evaluación, porque todo lo que se hace en el periodo apenas es algo en la nota definitiva, y cada tarea pequeña durante la clase se convierte en la nota final del periodo. Si tú dejas de realizar el taller asignado en español, matemáticamente se vuelve en contra de tu nota final, porque cada actividad va sumando -o restando- porcentualmente a la nota definitiva ya sea en la competencia del saber, el hacer o el ser, lo que repercute en la nota final la asignatura o del área.

Bueno, también es cierto que el SIE plantea una evaluación flexible y por lo tanto se desarrollan mecanismos como los planes de mejoramiento al final de cada periodo o las nivelaciones anuales al final del año escolar, pero deberías considerar si realmente necesitas un "chance" cuando no alcanzaste el aprobatorio básico por irresponsabilidad o por falta de compromiso, por falta de disposición o disciplina.

Aquí van unas recomendaciones para comprender el SIE institucional:

1. Por iniciativa propia busca el SIE y has una lectura comprensiva del documento.

2. Pregunta a tu coordinador académico, a tu director de curso o tu profesor de asignatura cuando tengas alguna duda sobre lo que está contenido en el SIE.

3. Dile a tu director de curso que en las direcciones de grado  toquen el  tema del SIE y que hagan estudios de caso particulares que tengan que ver con la evaluación.

4. Lleva control de tus evaluaciones para que puedas hacer tus cómputos y reconozcas la nota que vas a conseguir al final.

5. Nunca dejes de presentar tareas, talleres, trabajos y demás actividades. recuerda que todo cuenta para la nota del periodo, de la asignatura o del área.

6. Participa lo más que puedas en las actividades del aula y del colegio, porque estas actividades, regularmente, son tenidas en cuenta por los docentes a la hora de evaluar al estudiante.

7. Ten presente que durante el periodo algunas actividades sumarán para la nota parcial del ser o del hacer o del saber, y éstas a su ves se conforman de las notas de cada una de las actividades propuestas en la clase (taller 1, taller 2, taller 3...)

8. La nota final del periodo sale de la suma de las notas parciales del ser, saber y hacer, por lo tanto no consideres que con solo presentar el cuaderno al día es suficiente. La evaluación es permanente.

9. Recuerda que 2.9 no es 3.0, es un asunto matemático, por tanto busca la máxima nota y así evitarás la condición del limosnero: -profe regáleme una décima, profe ayúdeme...

10 La nota definitiva aprobatoria del área a final del año, surge del promedio ponderado de las asignaturas que la componen, por tanto no consideres ninguna asignatura como relleno. No es cierto que asignaturas como religión o ética no son importantes, recuerda que son asignaturas, pero a la vez son áreas.

Recuerda que regularmente obtienes lo que te propones y que todo depende en gran porcentaje de ti. Tu situación escolar es producto  de tus decisiones y no de las circunstancias, deja de echarle la culpa al profesor, al estado, a los demás, a la vida, de las consecuencias de tus actos. Y si las reglas están claras desde el principio, no tienes por qué buscar excusas, solo has lo que debes hacer, lo que tienes que hacer en este proceso educativo que tú mismo firmaste a la hora de matricularte.

Con afecto,

Luis Fernando Álvarez Torres
Docente de Humanidades



36 comentarios:

  1. El Sistema Institucional de Evaluación me recuerda que todo lo que hacemos puede ser (y será) evaluado y analizado.
    La idea de ser dueños de nuestro propio proceso de evaluación me parece increíble, porque nos da un mayor sentido de control y pertenencia sobre lo que realmente influye en nuestras calificaciones académicas.
    Es importante reconocer que aunque vamos al colegio a estudiar y aprender, muchas veces lo que realmente buscamos (consciente o inconscientemente) es la aprobación reflejada en una buena nota. Al final, lo que aparece en el boletín es un número. Mis padres y amigos siempre me han dicho que un número no define a una persona, pero dentro del contexto escolar, tristemente, sí lo hace.
    El SIE organiza el proceso de valoración de nuestras actividades y define cómo se evalúan todas las competencias a lo largo del año escolar. Por eso, resulta muy relevante para nosotros como estudiantes. Año tras año lo repasamos, lo recordamos y recalcamos su importancia. Y a estas alturas, en grado 11°, ya deberíamos sabérnoslo de memoria… Pero creo que nunca está de más insistir en su relevancia. Al menos para mí, lo es. Este tipo de sistemas son imprescindibles en todos los contextos educativos, ya que nos orientan y nos ayudan a entender cómo deben funcionar las cosas. Son, por así decirlo, el “manual de instrucciones” de la dinámica del colegio.
    A veces, el colegio puede parecerse a Los "juegos del hambre": una arena en la que debes defenderte solo, dar lo mejor de ti y salir adelante por tu cuenta. Aquí, “la salvación es personal”. La clave para aprobar las 16 asignaturas, y hacerlo con buenas notas, está en entregarlo todo y dar lo mejor de ti cada día. La mediocridad no tiene espacio en este lugar. Una sola pisada en falso puede costarte caro.
    Existe una frase en latín que dice: “Ignorantia juris non excusat”, es decir: “La ignorancia de la ley no excusa”. A este punto del año escolar, todos deberíamos saber que entre 2.9 y 3.0 (el profe Tacha ha hecho mucho incapié en que) hay infinitos números, y que aprobar todas las asignaturas es nuestra responsabilidad. Figurativamente hablando, como estudiantes vamos al colegio a trabajar, y nuestro “salario” son las calificaciones. Rogar por un punto o una décima no debería ser parte de nuestro comportamiento: ese “megajerismo”  (termino muy famoso e utilizado en este momento en la cultura pop) de suplicar por pasar debería eliminarse por completo.
    Conocer y entender el SIE puede salvarnos muchas veces y ayudarnos a comprender claramente qué está pasando con nuestras notas. Es un proceso legal, transparente y continuo, y por eso debemos tomarlo en serio.
    En fin, yo creo que en este colegio obtienes lo que realmente te has ganado con tu esfuerzo. Si tuviste una mala nota, probablemente fue tu responsabilidad, y deberías reflexionar:
    ¿Estoy haciendo las cosas bien, o simplemente hago lo mínimo para pasar?
    No deberíamos conformarnos con un 3.0. Ya es hora de que cada uno se haga cargo de su vida académica. No es responsabilidad de nuestros padres estar detrás de nosotros recordándonos que hagamos las tareas. Todos a esta edad tenemos la capacidad de organizarnos y llevar el control de nuestras obligaciones.
    Gracias por tu atención.
    Atentamente, tu servidor: Francisco Chaparro.
    Que tengas una hermosa vida.

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  2. Después de leer atentamente el artículo sobre el Sistema Institucional de Evaluación, me doy cuenta de lo importante que es conocer en detalle cómo se evalúa nuestro trabajo en el colegio. Me pareció muy útil entender que no se trata solo de obtener una nota, sino de asumir una actitud responsable frente al proceso de aprendizaje y de formación personal.
    Lo que más me llamó la atención fue la frase: “Recuerda que regularmente obtienes lo que te propones y que todo depende en gran porcentaje de ti.” Esta visión me hace pensar que la evaluación no es solo académica, sino también formativa y ética, lo cual considero justo, porque evalúa al estudiante como un ser integral.
    El texto también me ayudó a comprender que el SIE está basado en leyes nacionales como el Decreto 1290, y que cada institución adapta sus criterios de evaluación según sus necesidades. Saber esto me motiva a ser más consciente de lo que se espera de mí, y a no dejar todo para el final o buscar excusas cuando no obtengo buenos resultados. Como dice el profesor, 2.9 no es 3.0, y depende de uno mismo cambiar eso desde el inicio.
    Creo que esta lectura me será muy útil a lo largo del año escolar, porque me da herramientas claras para tomar decisiones responsables. A partir de ahora, me comprometo a no subestimar ninguna asignatura ni dejar pasar tareas, porque todo forma parte de mi formación como estudiante y como persona.
    En conclusión, me gustó mucho el enfoque del texto, ya que invita a tomar control de nuestro propio proceso de evaluación y a dejar de culpar a los demás por nuestras decisiones. Es un mensaje directo pero necesario. Agradezco al docente por este aporte tan claro y motivador.

    Laura Alejandra Palacio Ulloa.
    Grado:11-3

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  3. Después de leer este artículo, me puse a pensar en lo mucho que a veces uno no le da la importancia que debería al sistema de evaluación del colegio. Yo soy estudiante del Jhon F. Kennedy y, sinceramente, antes no me había detenido a pensar en cómo funciona todo esto del SIE. Solo pensaba en pasar las materias, entregar tareas cuando podía y esperar buenas notas, pero ahora entiendo que hay mucho más detrás.

    Algo que me llamó la atención es eso de que no se trata solo de sacar buenas notas, sino de prepararse bien, de aprender de verdad. Yo antes hacía algunas cosas solo “por la nota”, pero ahora veo que lo más importante es cómo uno se esfuerza, cómo participa y cómo responde a lo que los profesores proponen. Me di cuenta de que todo lo que hacemos en clase, por pequeño que parezca, afecta nuestra evaluación. A veces uno no hace un taller creyendo que no pasa nada, pero eso se ve reflejado al final del periodo.

    También me hizo reflexionar sobre cómo a veces uno culpa a los profesores o al sistema cuando las cosas no salen bien, pero en realidad muchas veces es por falta de responsabilidad o de compromiso propio. Yo he estado en esa situación y ahora me doy cuenta de que, si uno organiza mejor su tiempo, hace las tareas, participa en clase y cumple con lo que le toca, los resultados pueden ser mucho mejores.

    Creo que el SIE nos da una guía clara, y es nuestra responsabilidad conocerlo y aplicarlo. No podemos decir que no sabíamos cómo se nos estaba evaluando, porque está explicado y los profesores también nos lo pueden aclarar. Me parece bien que se tengan en cuenta cosas como el comportamiento, el esfuerzo, la actitud y no solo el conocimiento. Así la evaluación es más justa y completa.

    En lo personal, me propongo este año escolar ser más consciente de mi proceso, llevar el control de mis notas y no dejar que se me acumulen las tareas. No quiero llegar al final del periodo a pedir “una décima” o un “chance” cuando pude haber hecho todo desde el comienzo. Entendí que todo depende más de mí que de los demás, y eso es algo que pienso tener muy presente.

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  4. Me parece muy importante lo que plantea el Sistema Institucional de Evaluación, porque no se trata solo de sacar una nota, sino de formarnos como personas críticas, lógicas y con valores. Es totalmente justo y necesario si queremos ser promesas reales a futuro.

    Antes pensaba que algunas materias no eran tan importantes, pero después de entender lo que dice el artículo, cambié completamente mi forma de pensar. Ahora veo que cada asignatura es esencial y aporta a nuestra formación.

    También me sorprendió saber que aspectos como la puntualidad, el compromiso y la actitud cuentan en la evaluación. Aunque es exigente, es una buena manera de motivarnos a participar y dar lo mejor.

    En mi caso, creo que tengo lo necesario para destacar, aunque a veces dudo en participar por miedo a equivocarme, y la pereza me gana. Aun así, sé que puedo mejorar.

    Este artículo me deja claro que si aplicamos bien lo aprendido y lo hacemos con compromiso, podemos alcanzar grandes metas y estar mejor preparados para el mundo real.
    Al final, todo depende de la actitud y las decisiones que uno tome. Por mi parte, siempre tratare de dar lo mejor, para mi gigante futuro.

    Brayan Alexander Cotacio

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  5. El artículo sobre el Sistema Institucional de Evaluación (SIE) del Colegio Jhon F. Kennedy es una orientación sobre la manera en que se estructura el proceso evaluativo dentro de la institución colegio Jhon F. Kennedy. Más allá de ser una simple explicación sobre las calificaciones, el articulo invita al estudiante a comprender que el sistema de evaluación es un proceso integral que abarca tres dimensiones fundamentales: el saber, el hacer y el ser. Es decir, no se trata solo de adquirir teoría, sino de desarrollar las prácticas y actitudes responsables frente al aprendizaje.

    El artículo también resalta que el SIE tiene un respaldo legal en normas nacionales como el Decreto 1290 de 2009 y la Ley General de Educación, autonomía a la institución para establecer criterios propios. Este sistema considera la evaluación como permanente, participativa, objetiva y flexible, lo que implica que todo lo que el estudiante hace dentro y fuera del aula puede ser evaluado.

    Se hace énfasis en la importancia de la responsabilidad y la constancia. Cada actividad suma o resta en la nota final, y es deber del estudiante cumplir con los trabajos, talleres y tareas sin esperar "ayudas" al final del periodo. El mensaje es claro: el rendimiento académico no depende de factores externos ni del azar, sino del compromiso personal.

    En conclusión, el SIE no solo organiza la forma de calificar, sino que promueve una formación humana y consciente. Conocerlo y aplicarlo permite al estudiante tomar control de su proceso educativo, asumir decisiones y crecer como estudiante y persona.


    Lina Quevedo 10-3

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  6. El texto busca orientar al estudiante sobre cómo funciona el Sistema Institucional de Evaluación, no solo desde lo legal, sino también desde lo práctico y lo formativo. Tiene un enfoque claro: empoderar al estudiante para que se haga responsable de su proceso académico, entendiendo que cada tarea, cada actividad y cada actitud cuenta en su camino formativo. Esto es valioso, porque resalta que la educación no es solo sacar buenas notas, sino formarse en el saber, el ser y el hacer.

    Sin embargo, aunque el mensaje es honesto y directo, a veces cae en un tono un poco rígido o moralista, que puede sentirse más como un regaño que como una invitación. Frases como “condición de limosnero” o “haz lo que tienes que hacer” pueden ser duras, especialmente si el estudiante está atravesando dificultades personales, emocionales o familiares. Ser exigente está bien, pero siempre viene bien un equilibrio con la empatía.

    También se extraña que no se profundice más en el papel de los docentes como acompañantes y guías, no solo como evaluadores. Al final, el proceso educativo es un esfuerzo compartido entre estudiantes, profesores y familias.

    Miguel Martinez 10-3

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  7. Yo pienso que este artículo es muy importante porque nos ayuda a entender cómo funciona realmente la forma en que nos evalúan en el colegio. Muchas veces uno solo se preocupa por sacar la nota y ya, pero aquí explican que no se trata solo de eso, sino de aprender y mejorar en lo que sabemos, hacemos y en cómo actuamos. Me parece chévere que se diga que la evaluación es algo integral, porque uno no solo va al colegio a aprender conceptos, también a formarse como persona.

    Algo que me llamó la atención fue lo de que todo cuenta para la nota, hasta cómo uno se comporta, si participa o si entrega las cosas a tiempo (Se divide en 3, el saber, el ser y el hacer). A veces uno cree que por hacer un taller ya con eso es suficiente, pero no, el profesor también se fija en otras cosas. También es cierto eso de que uno no debería estar pidiendo puntos al final, porque si uno hace todo bien desde el principio, no tendría que estar sufriendo por una décima, muchas veces culpamos a los profesores o al sistema de evaluación, pero este texto nos hace ver, que si seguimos las reglas, cumplimos con las tareas y damos nuestro mejor esfuerzo, los resultados serán positivos.

    Otra cosa que me pareció clave es que nosotros mismos debemos llevar el control de nuestras notas. A veces uno se confía y no sabe cómo va en la materia, y cuando se da cuenta ya es tarde. Por eso me parece que el artículo nos enseña a ser más responsables con nuestro proceso, y también a dejar de echarle la culpa a los profesores o a cualquier otra cosa. Si uno no hace lo que le toca, pues no puede esperar tener buenos resultados.

    Finalmente, me gustó mucho la frase que dice "tú situación escolar es producto de tus propias decisiones y no de las circunstancias", por qué siento que resume la idea principal: uno mismo es el dueño de su proceso educativo o de aprendizaje, creo que el SIE nos da la posibilidad de mejorar constantemente, con los planes de mejoramiento y nivelaciones, pero no deberíamos depender de esos mecanismos, sino dar lo mejor desde el principio. Si uno hace las cosas bien desde el principio, puede sacar buenas notas y, lo más importante, aprender de verdad.

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  8. Después de leer , comprendí que el Sistema Institucional de Evaluación va mucho más allá de poner notas. Nos invita a ser parte activa de nuestro propio proceso de aprendizaje y no quedarnos esperando simplemente una calificación. Muchas veces no entendemos cómo nos evalúan, y eso hace que nos sintamos frustrados o perdidos. Este sistema nos da la oportunidad de mejorar, de reflexionar sobre lo que hacemos y de reconocer nuestros avances, no solo con la ayuda del profesor, sino también con la autoevaluación y la coevaluación. Eso me pareció muy valioso, porque nos da voz dentro del proceso y nos permite aprender de los errores sin sentirnos juzgados.

    También me pareció muy importante cómo la evaluación se relaciona con otros temas como la matrícula, la permanencia en el colegio y las oportunidades para quienes no les va bien. A veces, por no entender bien el sistema, muchos estudiantes se rinden y piensan que no hay salida. Pero este enfoque busca que nadie se quede atrás, que se tengan en cuenta las dificultades y que se brinden oportunidades reales para seguir adelante. Me parece un sistema más justo, más humano, que no solo mide resultados, sino también el esfuerzo y las ganas de aprender. Si todos los estudiantes entendiéramos esto, veríamos la evaluación no como un castigo, sino como una herramienta para crecer.

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  9. El texto escrito por mi profesor Luis Fernando Álvarez Torres es un llamado directo a la responsabilidad y al compromiso que cada estudiante debe asumir frente a su proceso educativo. Es claro que no se trata simplemente de cumplir por cumplir, ni de preocuparse únicamente por obtener una nota aprobatoria, sino de entender que la evaluación es una herramienta formativa, que busca desarrollar en los estudiantes no solo conocimientos, sino también habilidades y actitudes. Me parece muy acertado que se insista en que la evaluación abarca el saber, el hacer y el ser, porque muchas veces los estudiantes creen que solo se califica si se responde correctamente un examen, cuando en realidad también se valoran aspectos como la participación, la puntualidad, el respeto por las normas y la actitud frente al aprendizaje.

    Otro punto que me parece fundamental es el enfoque en la autonomía del estudiante. El artículo insiste en que es deber del estudiante conocer el Sistema Institucional de Evaluación (SIE), lo cual refleja una invitación a dejar de ser pasivo y asumir el control de su propio aprendizaje. No es justo que después, al recibir una nota baja, alguien diga que no sabía cómo se evaluaba. Las reglas están escritas y disponibles, y se espera que el estudiante actúe en consecuencia.

    Finalmente, me parece muy importante la reflexión sobre el valor de cada asignatura. Muchas veces se subestiman materias como religión o ética, como si no fueran relevantes para la vida. Pero el artículo recuerda que todas las asignaturas forman parte de un área y que todas tienen un peso en la nota final, lo que ayuda a formar personas más íntegras y completas.

    En resumen, este artículo no solo informa, sino que también educa y motiva. Es una invitación a dejar las excusas y asumir con madurez la vida escolar, entendiendo que lo que uno cosecha en el colegio depende, en gran medida, de lo que uno mismo siembra.
    Con Cautela y Afirmación
    -Jhon Samuel Suárez Salazar

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  10. Yo pienso que este artículo tiene un mensaje muy claro que a veces olvidamos: que no estamos en el colegio solo por las notas, sino para aprender en serio y crecer como personas. La mayoría de veces uno se enfoca tanto en el número del boletín que se le olvida que también cuenta cómo actuamos, cómo trabajamos en grupo o si cumplimos con las cosas sin que estén detrás de uno. Me gustó que hablen de que la evaluación es integral, porque la vida real también lo es: no sirve de nada saber mucho si no sabes cómo comportarte o cómo aplicar eso que sabes.

    Lo que más me quedó son esas partes donde explican que la nota no es solo el resultado de una prueba, sino de todo el proceso. Que no basta con hacer una tarea o un taller y ya, sino que también influye si participas, si respetas el tiempo de los demás, si estás comprometida con lo que haces. Eso muchas veces se nos pasa por alto y luego uno termina culpando a los profes cuando en realidad fue uno el que no hizo lo que debía. Como dicen por ahí: “no se puede cosechar lo que no se siembra”.

    También me pareció importante eso de ser conscientes de nuestras propias notas, porque uno a veces se relaja, y cuando se da cuenta ya está rajado. Este artículo me recordó que nadie más va a llevar mi proceso por mí. Si yo quiero pasar bien y aprender, me toca hacerme cargo de eso desde el principio, no solo en el último periodo cuando ya no hay tiempo. A esta edad ya no deberíamos estar esperando que nuestros papás o profes estén detrás diciéndonos qué hacer.

    Una frase que se me ocurrió mientras lo leía fue: “Estudiar sin compromiso es como correr sin rumbo: te cansas, pero no llegas a ningún lado.” Siento que tiene todo que ver con este tema, porque uno puede estar cumpliendo por cumplir, pero si no hay intención, si no hay disciplina, no vas a ver resultados reales.

    En resumen, este artículo me hizo pensar que más que preocuparme por pasar, tengo que enfocarme en mejorar. Porque si uno mejora, lo otro viene solo. Y al final, las buenas notas duran un rato, pero lo que uno aprende bien, se queda para siempre.
    Atentamente: Saira Alejandra Pinchao

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  11. Desde mi perspectiva como estudiante de grado once, considero que el documento sobre el sistema institucional de evaluación (SIE) del colegio John F. Kennedy es una herramienta fundamental que nos invita a asumir una posición activa y consciente dentro de nuestro propio proceso de aprendizaje y calificación.Mas allá de ver las evaluaciones como simples números que se registran en un boletín, el SIE nos muestra cómo ser evaluado significa ser partícipe del desarrollo de nuestras competencias en tres dimensiones clave: el saber, el ser, y el hacer.

    El texto deja claro que no debemos estudiar solamente para sacar una buena nota, sino para formarnos integralmente. El SIE nos da el poder de entender cómo se nos califica, pero también nos exige asumir la responsabilidad de prepararnos, participar en clase, entregar nuestros trabajos y hacer las tareas. Me parece muy acertado que se nos recuerde que todo lo que hacemos desde un taller hasta una participación en clase cuenta para nuestra nota final, y que incluso lo que parece pequeño puede tener un gran peso acumulativo.

    Una de las cosas que más me impactó del texto es que menciona que debemos permitirle al docente evaluarnos, que eso no es algo pasivo sino un acto consciente. Nosotros como estudiantes, debemos presentar nuestras tareas, participar en clase, cumplir con lo propuesto y, sobre todo, tener actitud frente a las actividades escolares.
    Se valora no solo el resultado, sino también el proceso y la disposición. Esto cambia por completo la forma en que uno puede llegar a ver la educación, ya que no se trata solamente de aprobar, sino de demostrar que se están alcanzando verdaderas competencias.

    Otro aspecto clave que rescato es la explicación de cada competencia tiene su porcentaje dentro de la nota final. es decir, el saber, el ser y el hacer no pesan igual en todas las áreas. En asignaturas como español o sociales, por ejemplo, el saber tiene un peso mayor, mientras que en educación física o arte puede pesar más el hacer. Esto me parece justo, porque reconoce que no todas las asignaturas se evalúan igual y que nuestras habilidades deben adaptarse a cada contexto.

    Así mismo, el texto nos habla de las consecuencias de no cumplir con nuestra responsabilidades. Nos advierte que si dejamos de hacer las tareas o talleres, eso afecta directamente nuestra nota, y que aunque él SIE ofréceme mecanismos de mejora y recuperación, como los planes de mejoramiento o las nivelaciones, no deberíamos depender de esas "segundas oportunidades"por falta de compromiso. Este mensaje es contundente ya que debemos de actuar con responsabilidad desde el principio, porque la educación es un proceso que depende en gran parte de nosotros mismos.

    El texto también me pareció motivador porque insiste en lo que obtenemos es el resultado de lo que nos proponemos y hacemos. No podemos echarle la culpa al profesor, al sistema o a las circunstancias porque somos nosotros quienes decidimos cuánto nos esforzamos y cómo enfrentamos los retos. Esta visión nos devuelve el control y la autonomía, pero también nos exige madurez.

    Por último, la recomendación es prácticas para comprender el SIE me parecen útiles y necesarias. Buscar el documento, hablar con los profesores, hacer seguimiento a nuestras evaluaciones y participar activamente en la vida escolar son acciones concretas que nos empoderan como estudiantes. La educación deja de ser algo que " nos pasa" para convertirse en algo que nos construimos día a día con nuestras decisiones y acciones.

    En conclusión, este texto no solo informa, sino que también forma. Nos invita a ser conscientes, responsables y activos en nuestro proceso educativo. Como estudiante de once, siento que este enfoque me prepara no solo para terminar el colegio, sino para enfrentar la vida con una actitud crítica, participativa y comprometida.

    Gracias.

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  12. La verdad, al principio el SIE me parecía solo un montón de reglas aburridas que los profesores usaban para complicarnos la vida. Pero después de leer atentamente este artículo, me di cuenta de que en realidad es un tipo de manual para sobrevivir al año sin perder materias o hasta el año. Lo bueno es que te deja claro cómo no embarrarla: si haces los talleres, participas y entregas todo a tiempo, la nota sola se va armando. Pero si eres de los que piensan "esto no importa, es solo un trabajo pequeño", ¡pum!… luego terminas rogando por décimas al final del periodo. Las matemáticas no mienten: 2.9 no es 3.0, y rogarle y pedirle mil veces al profe no sirve de nada. Lo que más me gusta es que no todo es memorizar. En arte o educación física, importa más lo que haces (el hacer), no solo repetir teoría. Pero ojo: en sociales o filosofía, toca demostrar que entiendes, no solo copiar y pegar. Eso hace que, aunque sea cansado, al menos no es repetitivo. Lo que no me cuadra del todo es que hasta el uniforme o la actitud cuentan. A veces pienso: "¿En serio mi nota de matemáticas baja por llegar tarde?" Pero bueno, supongo que es parte de "formarnos como personas responsables". La clave está en no dejarlo todo para después. Si algo no entiendo, pregunto; si un trabajo parece fácil, igual lo hago. Y sobre todo, no subestimar ninguna materia, porque hasta la más "sencilla" puede bajar el promedio.
    Al final, el SIE es como un juego de estrategia. Si conoces las reglas, juegas bien y no te confías, pasas sin drama. Pero si lo ignoras, el perder materias en el boletín está garantizado.
    -David Sebastián Rios Preciado
    10-1

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  13. Este texto explica con claridad cómo funciona la evaluación bajo el SIE y destaca algo fundamental: cada actividad, por pequeña que parezca, cuenta. Muchas veces los estudiantes creen que pueden recuperar todo al final, pero no se dan cuenta de que la nota es el resultado de un proceso que se construye día a día. Si dejas pasar talleres, tareas o participaciones, no es sorpresa que la nota final se vea afectada.

    También es acertado que se hable de las tres dimensiones del ser, saber y hacer. Esto demuestra que no solo importa cuánto sabes, sino también cómo te comportas y cómo aplicas lo aprendido. La evaluación no es solo académica, también es formativa.

    Aunque el tono puede sentirse fuerte en algunos puntos, el mensaje es claro: la responsabilidad es clave. No se trata de buscar culpables cuando las cosas no salen bien, sino de asumir las decisiones que uno toma a lo largo del periodo. Sin embargo, también se reconoce que el SIE tiene mecanismos flexibles como los planes de mejoramiento o nivelaciones, lo cual es justo para quienes enfrentan dificultades reales.

    Un aporte adicional sería que los docentes brinden retroalimentación continua. No basta con poner una nota: los estudiantes necesitan saber qué hicieron bien, qué deben mejorar y cómo pueden lograrlo. Esto haría que el sistema de evaluación sea más claro, más útil y menos temido.

    También sería buena idea que se incentive la autoevaluación y la coevaluación, para que los estudiantes aprendan a revisar su propio desempeño y el de sus compañeros con criterio y responsabilidad. Así se fortalece el sentido de pertenencia, se mejora el trabajo en equipo y se hace más efectivo el aprendizaje.

    Dana Sofía Vargas Torres 11-2

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  14. Al leer este texto sobre el Sistema Institucional de Evaluación (SIE) del colegio John F. Kennedy, me sentí bastante identificado con muchas cosas que se mencionan. Me parece que es un llamado directo a nosotros como estudiantes para que tomemos conciencia de lo que significa realmente estudiar, más allá de simplemente buscar una nota o pasar de curso.

    Lo primero que me llamó la atención es que muchas veces los estudiantes (me incluyo) no entendemos bien cómo se nos está evaluando. Uno estudia, hace tareas o participa en clase, pero no siempre sabe con claridad qué tanto vale cada cosa, cómo se calcula la nota final, o por qué a veces, aunque uno sienta que se esforzó, no obtuvo el resultado que esperaba. El texto nos explica claramente que es necesario conocer el SIE, leerlo y entenderlo, porque allí está todo lo que necesitamos saber para tener el control de nuestro proceso académico. Eso me hizo reflexionar, porque la verdad, nunca me había detenido a leerlo o preguntar por él.

    También me pareció muy acertado cuando el texto dice que no deberíamos actuar solo por la nota. En muchas ocasiones uno estudia por miedo a perder o porque quiere un cinco, pero no porque realmente quiera aprender. El mensaje que transmite el texto es que el conocimiento, el desarrollo personal y el crecimiento como ser humano deberían ser las verdaderas motivaciones para estudiar. Claro, al final la nota sí importa, porque es la que define si pasamos o no, pero no debería ser lo único que nos interese.

    Me hizo pensar mucho esa parte donde dice que uno mismo es responsable de su situación escolar, y que no hay que echarle la culpa al profesor, al sistema, ni a nadie. Es verdad que a veces uno se excusa diciendo que el profe no explicó bien, que el examen estaba muy difícil o que no hubo tiempo, pero si lo pienso bien, muchas veces esos son solo pretextos para justificar que no me organicé, que dejé todo para última hora o que no puse atención. Esa parte me ayudó a ver que si quiero mejorar, tengo que empezar por asumir mi responsabilidad sin buscar culpables afuera.

    También me pareció muy útil la explicación de las competencias que se evalúan: el saber, el hacer y el ser. Antes pensaba que lo importante era solo estudiar para el examen, pero ahora entiendo que la actitud, el compromiso, el comportamiento y la forma como participo en las clases también cuentan, y mucho. Cada cosa que se hace —o no se hace— en clase tiene un peso en la nota, por pequeña que parezca. Si dejo de entregar un taller, si falto a una clase o no participo, eso va afectando mi evaluación, aunque no me dé cuenta en el momento.

    Las recomendaciones del final me parecieron súper prácticas. Muchas veces nos dan estos consejos, pero uno no los aplica hasta que ya es tarde. Me quedó claro que debo llevar un control de mis notas, no dejar tareas para después, participar en clase y sobre todo, estar pendiente de cómo se va construyendo mi nota final durante el periodo. No puedo confiarme y pensar que con presentar el cuaderno ya está todo hecho. Hay que trabajar en serio y ser constante.

    En resumen, este texto me ayudó a ver el año escolar desde otra perspectiva. Me motivó a tomar más en serio mi proceso académico, no solo por la nota, sino porque de verdad quiero avanzar, aprender y mejorar como persona. También me dejó claro que tengo que ser más organizado, más participativo y sobre todo, más responsable con mis deberes. Si uno tiene claras las reglas desde el principio, no hay excusas. Está en mí hacer lo que debo hacer, y ese compromiso empieza desde ya.

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  15. Más allá de una nota, está nuestra formación

    Este artículo nos recuerda algo fundamental que a menudo olvidamos: no venimos al colegio solo por una nota, sino para formarnos como personas, adquirir conocimientos y desarrollar nuestras habilidades. Estudiar va mucho más allá de obtener un número en un boletín; se trata de construir nuestro futuro.

    El Sistema Institucional de Evaluación (SIE) es una herramienta que está presente cada día en nuestra vida escolar. Sin embargo, muchos estudiantes no le dan la importancia que merece. Conocer cómo se calculan nuestras calificaciones es clave, ya que este sistema nos acompaña desde el momento en que ingresamos a la institución. Como estudiantes, tenemos el deber de entenderlo y aplicarlo.

    Es cierto que una nota no define quiénes somos, pero sí refleja nuestro esfuerzo, dedicación y compromiso. Una calificación no es solo un número; representa el resultado de nuestro trabajo diario.

    Desde el inicio del año escolar, las reglas del juego están claras. Sabemos cuáles son nuestras responsabilidades y qué consecuencias enfrentamos si no las cumplimos. Nuestro compromiso es entregar tareas, participar en clase, presentar actividades y evaluaciones a tiempo. De estas acciones depende nuestra calificación. Si no cumplimos, ¿Cómo esperamos obtener buenos resultados?

    Muchos docentes lo repiten constantemente: debemos esforzarnos por nosotros mismos. Nadie debería estar recordándonos una y otra vez lo que tenemos que hacer. Como bien dice mi mamá: “Este juego depende de nosotros. Nadie más lo va a jugar por ti”. Es nuestro esfuerzo el que define nuestros logros.

    Comprender cómo funciona el SIE no solo nos ayuda a saber por qué obtenemos determinadas notas, sino que también nos permite mejorar y tomar el control de nuestro rendimiento académico.

    Reflexionemos:
    ¿De verdad está bien conformarse con un 3.0?
    La respuesta es no. Como estudiantes de grado 10-2, ya tenemos la madurez suficiente para hacernos responsables de nuestra formación. No esperemos que otros nos digan lo que debemos hacer. Seamos conscientes de nuestro rol, comprometámonos con nuestro aprendizaje y evitemos ser una carga para nuestros padres, quienes se esfuerzan cada día para darnos la oportunidad de estudiar.

    Este es el momento de cambiar. Esfuérzate, da lo mejor de ti, y demuestra que puedes alcanzar grandes cosas.

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    1. Cuando entré al colegio John F. Kennedy, el SIE me parecía solo un documento más entre tantos reglamentos. Pero con el tiempo he entendido que en realidad es como un mapa que nos muestra el camino para tener éxito académico.

      Lo más valioso que he descubierto es que este sistema nos evalúa de manera integral. No se trata solo de memorizar para los exámenes, sino de demostrar nuestro crecimiento constante. En mi caso, me di cuenta que aunque era bueno en los exámenes de matemáticas, mi nota no era excelente porque no participaba mucho en clase. El SIE me hizo ver que el aprendizaje va más allá de lo escrito en las pruebas.

      Me parece interesante cómo cada materia tiene sus propios énfasis. En filosofía, por ejemplo, valoran mucho nuestra capacidad de reflexión, mientras que en educación física lo importante es la constancia y el esfuerzo. Esto me ha ayudado a entender que todas las áreas son valiosas, aunque se enfoquen en aspectos diferentes de nuestro desarrollo.

      Lo que más me ha servido es aprender a ver la evaluación como un proceso continuo. Antes solo me preocupaba por las notas cuando llegaban los boletines, pero ahora entiendo que cada actividad, por pequeña que parezca, es una oportunidad para mejorar.

      Al final, el SIE nos enseña que la verdadera evaluación no es solo sobre números en un papel, sino sobre nuestro compromiso diario con el aprendizaje. Cuando uno lo entiende así, todo el proceso académico cobra más sentido y se convierte en una experiencia realmente formativa.

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  16. Hola, Docente Luis Fernando Álvarez.

    Profe, hoy quiero que lea mi punto de vista de lo que opino sobre el articulo que trata sobre el Sistema Institucional de Evaluación (SIE), entendí que no se trata solo de poner notas por exámenes o tareas, sino que es una forma organizada y clara de evaluar todo lo que hacemos en el colegio. El SIE no es algo lejano o solo para los profesores, en realidad me ayuda a saber cómo se van conformando mis notas y qué se espera de mí en cada clase. Básicamente, es el conjunto de reglas que explican cómo se nos califica y qué se tiene en cuenta para eso.

    Una parte que me pareció muy importante es la división de la evaluación en tres partes: el ser, el saber y el hacer. A veces uno no tiene ni idea de que se trata porque puede que lo hayan explicado y no hubiéramos prestado atención, y por eso no entiende por qué la nota final salió así.

    El ser, según lo que entendí, tiene que ver con mi comportamiento, con mi actitud, con cómo me presento al colegio, el porte del uniforme,si soy respetuoso, si participo y si muestro interés. Me doy cuenta de que esto no es solo “portarse bien” por quedar bien con el profe, sino porque en verdad mi actitud dice mucho de cómo soy como estudiante.

    El saber es lo que normalmente uno piensa que es lo único que importa: los conceptos, las explicaciones, las definiciones, lo que uno estudia para las evaluaciones. Pero ahora entiendo que no es lo único, aunque sí es importante , sobre todo en materias como filosofía, español, sociales o física.En esta división podemos decir que juega la preparación, conocimiento.

    El hacer se refiere más a lo práctico, a cuando uno aplica lo que aprendió(hacer talleres). Esto se nota más en materias como informática, arte o educación física. Pero también aplica en otras asignaturas cuando uno hace talleres, proyectos, experimentos o presentaciones. O sea, no es solo saber, sino también demostrarlo haciendo.


    Algo que me hizo reflexionar es que no sirve de nada entregar una sola tarea bien hecha y luego relajarse el resto del periodo. Todo cuenta, hasta lo más pequeño, porque se va sumando. Si uno deja pasar un taller o una clase, eso se ve reflejado en la nota final. Me pareció muy real eso de que 2.9 no es 3.0. Por una décima uno puede perder la materia, y todo por no tomarse en serio una tarea a tiempo, a veces no hacemos un taller por pereza y lo que no sabemos es que un 1.0 puede hacer un cambio en nuestra nota.

    También valoro que el sistema tenga en cuenta los planes de mejoramiento o las nivelaciones, pero me quedó muy claro que no se trata de esperar a última hora para ver si hay una “segunda oportunidad”. Es mejor hacer las cosas bien desde el principio y no andar luego pidiendo favores o “una ayudita”.

    Finalmente creo que el SIE no es una carga, sino una guía que me muestra cómo puedo mejorar. Me ayuda a organizarme y a entender que mis notas no dependen solo de lo que pasa en un examen, sino de todo lo que hago, digo y muestro durante el año. Ahora tengo más claro que si quiero terminar bien grado 11, tengo que ser más responsable con todas las áreas, no solo con las que me gustan o con las que se me facilitan.
    Muchas gracias por su atención.
    ATT: Laura Michel Díaz Chisaba 11-2

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  17. "La manera en que un estudiante asume la realización de sus trabajos afecta positiva o negativamente el resultado de su evaluación"

    En el ambiente académico está claro que una nota no nos define como estudiantes o como personas, ya que después de todo allí vamos a conocer, aprender y adquirir nuevos conocimientos básicos que nos ayudarán a lo largo de nuestra vida.

    Lo malo es cuando creemos que por una nota una persona en realidad si tiene más habilidades que otra y no vemos que en realidad no es aquello lo que pasa, si no que hay estudiantes los cuales demostramos ( ya que me considero una de ellos) un poco más de interés y esfuerzo al momento de presentar trabajos, tareas y/o evaluaciones o incluso como nos comportamos en el ámbito escolar y no solo dentro del salón si no también fuera de este y la participación en actividades realizadas en la institución.

    Es justo esto lo que nos trata de decir el Sistema Institucional de Evaluación (SIE) y este documento redactado por el licenciado Luis Fernando Álvarez Torres, que aunque una nota final no nos defina, esa nota nos demuestra matemáticamente que tanto empeño y dedicación le ponemos al estudio o hasta una materia en específico, ya que a veces se cree que hay materias más insignificantes que otras aunque esto no sea verdad; se cree que pasar con un 3.0 (la nota mínima para aprobar) es suficiente, pero en mi punto de vista no lo es, porque sé que cada uno de nosotros es capaz de esforzarse un poco más cada día para mejorar tanto académicamente, como persona, pues recordemos que el SIE a través de nuestros docentes evalúa el saber, ser y hacer y es por esto que nuestros docentes nos asignan tareas o evaluaciones, para tener un material en el cual apoyarse, para justificar o tener en cuenta nuestros conocimientos los cuales pudimos haber adquirido a lo largo de cierto tiempo y estos mismos convertirlos en un promedio.

    Este documento lo tomo como un llamado de atención y una invitación a los estudiantes de conocer el SIE no porque "cada año nos repiten lo mismo" si no porque en verdad es fundamental conocer como nos evalúan a nosotros los estudiantes, como nosotros mismos podemos llevar el control de nuestros resultados académicos y como creemos que podemos mejorar en ciertos aspectos y en ciertas áreas que tal vez se nos dificultan un poco más.

    Cordialmente: Angie Valentina Beltrán Ladino
    Grado: 10-1

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  18. Este artículo tiene un mensaje más trascendente de lo que parece, en él puedo observar que no hay que hacer las cosas por hacerlas, hay que hacerlas bien, no es leer por leer, no es estudiar por estudiar, es tener en cuenta que para hacer algo hay que seguir un determinado orden. El control total de saber los modos de evaluación y enseñanza serán vitales para mejorar nuestras notas.

    Como estudiante considero que las notas no definen que tan inteligente eres, solo demuestra la gran disciplina que posees para estudiar, estudiar y estudiar. Yo pienso que es importante tener notas muy superiores, pero también sé que muchas veces estos números (4.0 o 5.0) son vacíos puesto que la mayoría de estudiantes (no todos), frecuentemente sacan notas muy superiores en la actividades del "Hacer" pero en la evaluaciones se quedan cortos, muchas veces abusan de las inteligencias artificiales y por ello sacan buenas notas. Si me preguntan a mi; ¿Qué prefieres, un 5.0 con ayuda de la inteligencia artificial o un 2.0 haciendo uso de tu consciencia y conocimientos? mi respuesta será un 2.0. Deberíamos recordar que una persona que está de acuerdo con todo lo que se hace y dice no es una persona decente o obediente, es una persona sin criterio. Portar mal el uniforme no me hace menos intelectual que él que si lo hace.
    ¿De qué les vale ser humano manos sino son personas?

    Pero bueno, debemos entender que el SIE está basado en leyes nacionales y que para aprobar tú materia, asignatura o Área no basta con pasar todas las evaluaciones sino por portar bien el uniforme, tener educación, saludar y despedirse, seguir las órdenes del docente y estar en una fila atentos, puliendo nuestro conocimiento, aprendiendo a afilar nuestros saberes, porque en algún momento tendremos que usar esta arma
    "En tiempos de ignorancia, la inteligencia y el conocimiento serán el arma más letal"

    Elaborado por: Luis Alejandro Rueda
    Grado: 11-3

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  19. Profundizando en el contexto del artículo sobre el Sistema Institucional de Evaluación (SIE), se puede encontrar un mensaje motivador con el cual el escritor habré una serie de interrogantes sobre los resultados de nuestro desempeño durante cada período del año escolar. Nos cuestiona si esos resultados reflejan realmente nuestro esfuerzo o o si simplemente se deben a la suerte. El artículo nos muestra que dichos resultados son el producto de una suma y resta de diferentes aspectos evaluados: el ser, el hacer y el saber.

    Esto le da un verdadero valor a cada esfuerzo que realizo día a día, ya sea al cumplir con mis trabajos, prepararme para cada evaluación o intentar ser mejor cada día. Comprendo entonces que este mecanismo de calificación permite que cada participación, por pequeña que sea, tenga un valor. Si me esfuerzo, podré mejorar cada vez más. Por lo tanto, los resultados dependerán únicamente de mi desarrollo académico y de mi capacidad para superar cada prueba que se me presente.

    Entiendo también que no debo desvalorizar ninguna actividad, por más simple que parezca, porque cada una suma en el camino hacia mis objetivos. Estos no se limitan a obtener buenas notas, sino también a convertirme en una mejor persona: más capacitada, más culta y, sobre todo, dispuesta a desempeñar un buen papel en la vida.
    Atentamente: Sara Nicol Vargas Molina
    Grado: 11-3

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  20. El artículo del blog me pareció muy interesante y útil porque nos invita a reflexionar sobre algo que muchas veces damos por sentado: el proceso de evaluación. A menudo los estudiantes vemos las calificaciones como simples números que reflejan si “nos fue bien o mal”, sin detenernos a pensar qué hay detrás de esas notas ni cómo se construyen. En este sentido, el blog cumple una función muy importante al explicarnos que el Sistema Institucional de Evaluación no es un capricho del colegio, sino que se basa en leyes y decretos que buscan garantizar una evaluación justa, formativa y coherente con nuestros procesos de aprendizaje.

    Una de las ideas que más me llamó la atención es la de que cada estudiante debe ser dueño de su propio proceso de evaluación. Esto significa que no podemos esperar resultados positivos si no participamos activamente, si no entregamos los trabajos, si no respetamos las normas, o si no ponemos de nuestra parte. El artículo nos recuerda que no solo se califica el conocimiento, sino también la actitud, la responsabilidad, la puntualidad y el respeto por el trabajo de los demás. Me parece importante que se incluya esta visión integral, porque formar buenos estudiantes también implica formar buenas personas.

    Además, el blog está escrito de una manera cercana y comprensible, lo que facilita que cualquier estudiante pueda entenderlo sin complicaciones. No solo informa, sino que también motiva a tomar en serio nuestra formación. En conclusión, este tipo de publicaciones son muy necesarias porque nos hacen más conscientes de nuestro rol en el proceso educativo y nos ayudan a asumirlo con responsabilidad.

    Sara Sofia Bohórquez Donato
    Grado: 11-3

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  21. Previamente pensaba que el SIE era un sistema de reglas, que dejaba cimentado el como evaluar a gente de distintos saberes. Realmente no cambié tanto esa forma de pensar, pero sí me dí cuenta que tal vez no era tan conservador como pensaba.

    Es como el control de calidad de una fábrica, solo pasan aquellos que sean lo suficientemente buenos, y aquellos que no pasan, deben devolverse al proceso de fabricación otra vez, y eso está bien en medida de que solo se esperen buenos resultados y garantizar la debida formación de futuras generaciones.

    Aunque, es muy utópico esperar que todos los estudiantes dejen de ser conformistas y vayan a por la máxima nota, puesto que es muy complicado en este punto de la actualidad. También, pretender que estudiemos por aprender y formarnos más que por sacar una nota (Y lo siguiente es un punto débil del sistema) ya que existen muchas personas que ocupan primeros puestos pero a la hora de evaluarlos de verdad (Con el ICFES, las pruebas PISA), se quedan cortos, y es precisamente porque, para aprobar, no se pide conocimiento, sino una nota mínima.

    Viendo el lado bueno de el SIE, es que nos condiciona a tener la responsabilidad de ocuparnos de nuestra vida escolar, y por tanto, nuestra vida personal, porque, si no cumplimos con lo pedido y tampoco aspiramos a conseguir un buen puntaje para ingresar a una buena carrera, puede que nuestras vidas se vean truncadas luego de nuestra etapa del colegio.

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  22. En el artículo nos muestran cómo funciona el Sistema Institucional de Evaluación (SIE) que es la dinámica de calificación que se utiliza en nuestro colegio John F. Kennedy, también nos muestra su importancia y uso para que los estudiantes tengan una calificación justa y clara, para evitar problemas académicos y con los profesores por no tener claro como funciona este sistema para nuestra calificación académica.

    Inicialmente nos explican cómo funciona este método de calificación y su rango, y me parece algo esencial y básico que cualquier estudiante que ya lleva tiempo en la institución debería de conocer, pero aún así no falta el estudiante que no está informado de cómo funciona este sistema de calificación en nuestra institución, así que me parece algo bueno que esté artículo este ya que los estudiantes pueden informarse de mejor manera e incluso mejorar su promedio académico al estar mejor informados sobre el tema.

    Otro tema que se toca en el artículo es que los estudiantes la mayoría de veces no se esfuerzan para restarse a si mismos y prefieren sacar la nota que se pueda, inclusive en algunos cosas van y le ruegan al profesor que si les puede subir una o dos décimas para lograr pasar la materia, tampoco el dan importa a materias como éticas, religión, etc... Los estudiantes que hacen esto simplemente no tienen interés en todo lo que nos enseñan nuestros profesores, que solamente buscan enseñarnos cosas que vamos a necesitar para la vida adulta, y en algunos casos los mismos estudiantes culpan a los profesores por sus calificaciones cuando son ellos los que estudian, no el profesor. Para evitar problemas como estos es algo muy importante tener en cuenta como funciona el SIE y así los estudiantes que no son tan buenos en los exámenes podrán esforzarse más en el ser y hacer.

    El SIE es una parte vital de cómo son nuestras calificaciones académicas, pero es aún más importante como nosotros realizamos nuestros procesos académicos, ya que es una parte vital de nuestro comportamiento y refleja parte de nosotros, ¿que pensaran de un estudiante de bajas calificaciones? No define su personalidad claro, pero refleja en cierta parte que tal responsable es con las cosas que hace. Así que es momento de que empecemos a reflexionar de que tanta importancia le tomamos a nuestras notas, el SIE es un apoyo, pero nosotros somos quienes definimos cómo vamos a ser calificados por este sistema de evaluación, hay que retarnos y esforzarnos para demostrar que somos capaces de hacer grandes cosas, y que un 3.0 no muestra que tanto conocimiento podemos adquirir.


    Adriana Carolina Simmonds Suárez
    10-1

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  23. Después de leer y reflexionar sobre el texto relacionado con el Sistema Institucional de Evaluación (SIE) del colegio Jhon F. Kennedy, comprendí la gran importancia que tiene conocer este sistema para tomar control real de mi proceso académico y formativo.

    Más allá de ver la evaluación como una simple nota, el texto me hizo pensar en la necesidad de enfocarme en desarrollar mis capacidades en lo académico, pero también en lo personal, lo físico y lo emocional. La nota es solo el resultado de un trabajo constante, de la disciplina y del compromiso que cada uno de nosotros debe asumir como estudiante.

    Me pareció muy importante saber que la evaluación en el colegio está fundamentada legalmente en el Decreto 1290 de 2009, el cual permite que cada institución educativa organice su propio sistema de calificación de acuerdo con sus necesidades. Eso significa que el SIE no es algo improvisado, sino que tiene una base jurídica y pedagógica que debemos respetar y conocer como estudiantes.

    Entendí también que la escala de valoración en cuánto nota ya que nos explica desde que nota aprobamos lo cual nos exige mantenernos siempre atentos a cada tarea o actividad, por más pequeña que parezca, ya que todo suma o resta en nuestra nota final. Cada taller, participación y comportamiento en clase puede marcar la diferencia.

    Una parte que me pareció muy clara es que la evaluación se basa en tres competencias: el ser, el saber y el hacer, y cada una tiene su propio peso dependiendo de la asignatura. Por ejemplo, en materias como español o filosofía se valora más el saber; mientras que en educación física o arte pesa más el hacer. Esto nos ayuda a prepararnos mejor según lo que se espera de nosotros en cada área.

    Otra idea clave es que la evaluación es permanente y formativa, y por eso es esencial participar, entregar todo a tiempo y asumir con responsabilidad nuestra formación. También valoro que el SIE sea flexible, permitiendo planes de mejoramiento o nivelaciones, pero el texto me hace pensar que lo ideal es no llegar a ese punto por descuido o irresponsabilidad.

    En conclusión, este análisis me ayudó a entender que el SIE no es solo un documento institucional, sino una herramienta para crecer como estudiante y persona. Me comprometo a tomarlo en serio, a asumir mis deberes con responsabilidad y a dejar de buscar excusas cuando no cumplo, porque el único responsable de mis resultados soy yo.

    Atentamente,
    Julián Mateo Acevedo García- Grado 101

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  24. Después de revisar el artículo, comencé a cuestionarme la poca atención que le he prestado al sistema de evaluación en el colegio. Estudio en la institución John F. Kennedy, y la verdad, nunca me había tomado el tiempo de analizar cómo funciona realmente el SIE. Mi enfoque era simplemente cumplir con lo básico: entregar tareas cuando me acordaba, sacar notas decentes y pasar el año. Pero ahora comprendo que hay una estructura más profunda detrás de todo esto.

    Lo que más me impactó fue entender que el sistema no solo se centra en las calificaciones, sino en el proceso de aprendizaje como tal. Anteriormente, hacía muchas actividades únicamente por cumplir, sin entender su valor. Sin embargo, ahora veo que aspectos como la participación, el compromiso diario y la actitud frente a las clases son igual de importantes. Incluso pequeños detalles, como no entregar un taller, pueden afectar mucho más de lo que uno cree.

    También me hizo pensar en cómo solemos buscar culpables externos cuando no nos va bien: los docentes, los métodos, el colegio… pero rara vez miramos hacia nosotros mismos. Me di cuenta de que muchas veces el problema ha sido la falta de organización, el desinterés o simplemente no asumir responsabilidades. Cambiar eso está en nuestras manos.

    El SIE no es un misterio: es una herramienta clara que todos deberíamos conocer mejor. Los profesores están ahí para orientarnos, pero es tarea nuestra estar informados. Me parece acertado que evalúen no solo los conocimientos, sino también el comportamiento, el esfuerzo y la disposición al aprendizaje.

    En conclusión, más que preocuparse solo por las notas, deberíamos centrarnos en desarrollar hábitos responsables, aprender con sentido y aprovechar el acompañamiento que nos brinda la institución. Comprender el SIE no solo mejora nuestro rendimiento académico, sino que también nos prepara mejor para asumir retos fuera del colegio.

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  25. La verdad, este artículo me pareció muy bueno porque explica algo que casi nunca nos enseñan de manera tan clara: cómo funciona el sistema de evaluación del colegio y cuál es nuestro papel como estudiantes en ese proceso. Muchas veces uno solo piensa en sacar buenas notas para pasar las materias, pero no se pone a pensar que hay un sistema detrás que tiene reglas, criterios y momentos que están pensados para ayudarnos a mejorar, no solo para ponernos una calificación.

    Algo que me gustó mucho del texto es que nos hace ver que la responsabilidad de aprender no es solo del profesor, sino también de nosotros. Uno no puede echarle toda la culpa al profe si le va mal, porque uno también tiene que poner de su parte, saber en qué falló, cómo puede mejorar y qué debe hacer para lograrlo. El artículo también habla de la autoevaluación, y eso me parece clave, porque a veces uno mismo sabe cuándo no está haciendo las cosas bien, pero no lo quiere aceptar.

    Me pareció chévere que se diga que uno debe conocer el Sistema Institucional de Evaluación, porque muchas veces ni sabemos cómo nos están calificando. Pensamos que es solo por los exámenes o las tareas, pero también se tienen en cuenta otras cosas como la actitud, la participación, el compromiso, etc. Eso me hizo pensar que uno debe estar más pendiente de todo lo que hace en clase, no solo de entregar trabajos.

    En general, este artículo me ayudó a entender que la evaluación no es solo una nota, sino un proceso que sirve para crecer y aprender. También me hizo reflexionar sobre cómo estoy enfrentando mis estudios. A veces uno va en automático, solo cumpliendo, pero no se detiene a pensar en lo que está aprendiendo ni en cómo lo está haciendo. Desde ahora quiero tomar más en serio ese proceso y ser más consciente de lo que puedo mejorar. Me gustó mucho esta lectura y ojalá sigan publicando cosas así, porque nos ayudan bastante.

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  26. Después de leer el "Sistema Institucional De Evaluación" pude darme de cuenta que es muy importante conocer a fondo como nos evalúan en nuestro colegio.

    Muchas veces, como estudiantes,
    subestimamos materias o actividades que parecen poco relevantes, pero al verlas desde una perspectiva integral, entendemos que todo aporta a nuestra formación personal y profesional. Considero que el Sistema Institucional de Evaluación (SIE) ofrece una orientación clara y detallada sobre cómo se lleva a cabo la valoración de nuestro desempeño. Por ello, es nuestra obligación conocerlo a fondo y ponerlo en práctica. No es válido decir que desconocemos los criterios con los que se nos califica, ya que están debidamente explicados y, además, los docentes están disponibles para resolver
    cualquier duda que tengamos al respecto.

    Además, me parece muy positivo que el sistema nos invite a reflexionar sobre nuestra actitud y decisiones. Cada quien tiene la capacidad de mejorar, pero depende de cuánto estemos dispuestos a esforzarnos.

    En lo personal, creo que si aplicamos lo aprendido con compromiso, podremos alcanzar nuestras metas y estar mejor preparados para enfrentar los desafíos del mundo real

    Jhoan Antonio Mora Sanez10-1

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  27. Desde mi perspectiva personal, el Sistema Institucional de Evaluación (SIE) como se plantea en el blog me parece un modelo que, aunque tiene buenas intenciones en teoría, en la práctica termina siendo limitado y muchas veces poco útil para el verdadero aprendizaje. Me parece que se enfoca demasiado en cumplir con una estructura burocrática, llena de porcentajes, escalas y formalidades que no siempre reflejan el verdadero progreso de los estudiantes. En lugar de centrarse en ayudar a los estudiantes a aprender de manera significativa, muchas veces el sistema parece más preocupado por llenar casillas y justificar números.

    Además, siento que el papel del estudiante dentro de este sistema es bastante pasivo. Se nos exige cumplir con tareas, adaptarnos a criterios que a veces ni entendemos del todo, y esperar una calificación que define si “somos buenos o malos”, sin que realmente se nos dé voz o participación real en ese proceso. La autoevaluación y la coevaluación se mencionan como parte del sistema, pero rara vez se aplican de forma seria o con un verdadero enfoque pedagógico. A veces uno siente que no importa cuánto se esfuerce, si no cumple con ciertos pasos establecidos, su desempeño no será valorado justamente.

    Yo creo que este tipo de evaluación sí podría servir para algo, pero solo si se transforma en una herramienta más humana, más flexible y más centrada en lo que realmente aprendemos y no solo en lo que logramos memorizar o entregar a tiempo. Si se usa solo como un sistema de control y calificación, entonces no sirve de mucho más que para generar estrés y hacer sentir a los estudiantes que su valor depende de un número. En cambio, si se enfocara más en procesos, en el diálogo, en la reflexión y en el acompañamiento real al estudiante, podría ser realmente valioso. Por ahora, me parece que necesita muchos ajustes para cumplir verdaderamente con su propósito educativo.

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  28. Durante mucho tiempo, ni siquiera sabía qué era el SIE. Para mí, simplemente era “el sistema”, esa cosa abstracta que decidía si pasábamos o no, si éramos “buenos estudiantes” o no. Pero en este último año, he empezado a entender que no se trata solo de calificaciones o de pasar materias. Es una forma de organización que, aunque no siempre lo notemos, tiene un impacto real en cómo vivimos el colegio día a día.

    No me gusta pensar en él como algo rígido, aunque muchas veces se siente así. A veces parece que solo existe para marcarnos errores, para decirnos qué no hicimos bien. Pero también es cierto que gracias a ese sistema tenemos metas, estructura, una especie de guía que, en más de una ocasión, nos ha empujado a dar más de lo que pensábamos que podíamos.

    Lo que más me inquieta, sin embargo, no es lo que se espera de nosotros, sino lo poco que se pregunta por lo que necesitamos. No todos llegamos al aula con la misma energía ni con las mismas cargas. Hay días buenos, pero también hay días muy difíciles. Hay compañeros que enfrentan cosas fuera del colegio que nadie ve, pero que pesan tanto como un examen final. Y el sistema, en general, no lo nota. Nos mide con los mismos parámetros, como si todos estuviéramos hechos con el mismo molde. Eso, sinceramente, cansa.

    Ahora que estoy en grado 11, todo se siente más intenso. Nos hablan del futuro como si fuera una carrera contra el tiempo. Nos llenan de decisiones, expectativas y exigencias. Está bien querer prepararnos para lo que viene, pero sé que todo lo hacen para prepararnos para la vida real. La universidad y el trabajo siempre nos van a exigir ser disciplinados, porque si no fortalecemos eso, ¿qué será de nosotros? Alguien sin rumbo que solo comete y comete fallos para no lograr nada.

    Sí, yo también quiero respirar y vivir sin esa presión, pero esa presión es la que me impulsa a hacerme más fuerte. Cuando el profesor Fernando nos habla del ICFES y nos da tips que nos ayudan a fortalecer nuestra preparación, me gusta porque no es presión, sino enseñanza y conocimiento para que nuestro futuro se vea reflejado en algo bueno.

    No todo en el SIE es negativo. Tener un marco claro puede ayudar. Nos organiza, nos da dirección. Pero me gustaría que también nos diera espacio. Que reconociera que somos distintos, que a veces dudamos, que también aprendemos cuando fallamos. Porque al final, no solo estamos aprendiendo fechas, fórmulas o definiciones, estamos aprendiendo a vivir. Y eso, aunque no se pueda calificar con un número, también debería importar.

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  29. El texto “El Sistema Institucional de Evaluación”, escrito por el docente Luis Fernando Álvarez Torres, es una reflexión profunda y clara sobre cómo los estudiantes deben asumir con responsabilidad su proceso de evaluación en el colegio Jhon F. Kennedy. Desde el inicio, el autor destaca que el conocimiento del SIE (Sistema Institucional de Evaluación) no solo es un derecho, sino también un deber del estudiante, ya que de este depende comprender cómo se miden sus desempeños y competencias en las diferentes asignaturas.

    Uno de los aspectos más importantes del texto es la manera en que se motiva al estudiante a dejar de ver la calificación como el objetivo final, y más bien a enfocarse en el verdadero propósito de la educación: aprender, crecer como persona y desarrollar habilidades en el saber, el ser y el hacer. Se invita al estudiante a ser protagonista de su formación, entendiendo que cada tarea, actividad o participación en clase tiene un valor dentro del sistema de evaluación. En este sentido, el texto aclara que todo lo que el estudiante hace (o deja de hacer) influye directamente en su nota final.

    Además, se resalta el marco legal del SIE, mostrando que el sistema está respaldado por el Decreto 1290 de 2009 y la Ley General de Educación, lo cual le da seriedad y estructura. También se explica que la escala de evaluación va de 1 a 5, siendo 3.0 la nota mínima para aprobar, lo que ayuda a comprender la importancia de no confiarse y de siempre dar lo mejor.

    Otro elemento valioso del texto es el llamado a la autonomía y al compromiso personal. El autor hace énfasis en que los estudiantes deben dejar de echarle la culpa a los profesores, al sistema o a las circunstancias por sus resultados académicos. Se recuerda que al matricularse, el estudiante aceptó las reglas del juego y, por tanto, debe asumir con responsabilidad todo lo que implica su formación.

    También se valora el tono directo pero respetuoso del docente, quien ofrece una serie de recomendaciones prácticas para mejorar el desempeño académico, como leer el SIE, preguntar cuando haya dudas, llevar el control de las notas, participar activamente y nunca dejar trabajos sin entregar. Esto demuestra que la evaluación no es un evento aislado, sino un proceso continuo y formativo.

    En conclusión, este texto no solo informa sobre el funcionamiento del sistema de evaluación del colegio, sino que también educa, orienta y motiva al estudiante a tomar las riendas de su aprendizaje. Es un llamado a la reflexión, a la disciplina y al compromiso personal para alcanzar el éxito académico no por presión externa, sino por convicción propia.
    ANDRÉS SANTIAGO RAMÍREZ

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  30. Leyendo el artículo sobre el Sistema Institucional de Evaluación de mi Colegio Jhon F. Kennedy, quiero compartir una opinión sincera que nace no solo de mi análisis del texto, sino también de mi experiencia como estudiante Kennedysta. Considero que este tipo de orientación es fundamental para que podamos tomar el control de nuestra vida escolar. Muchas veces pasamos por el año escolar sin tener claro cómo se evalúan nuestras competencias, y eso nos pone en desventaja frente al mismo proceso que debería ayudarnos a mejorar.

    Me parece muy acertado que el texto comience con una invitación a no estudiar solo por la nota. Es verdad: la nota es importante porque es la que finalmente aparece en el boletín, pero más allá de eso, se trata de crecer como personas, de aprender a pensar, a resolver problemas, a convivir con las demás personas. Sin embargo, también es muy realista al recordarnos que, aunque no deberíamos actuar solo por la calificación, el sistema educativo actual exige resultados numéricos, y por eso es necesario comprender bien cómo funciona el SIE.

    Una de las partes que más me llamó la atención es la que habla de las características de la evaluación: permanente, sistemática, objetiva, formativa, integral, participativa y flexible. Estas palabras, aunque suenan técnicas, en realidad significan que el profesor no solo se fija en si entregamos o no una tarea, sino también en nuestra actitud, en nuestro esfuerzo, en la participación, en cómo asumimos cada actividad. Es decir, se evalúa al ser completo, no solo al que responde bien un examen.

    También me parece muy útil que el SIE distinga entre las tres competencias: el saber, el hacer y el ser. Esto ayuda a entender que cada asignatura tiene un enfoque distinto. Por ejemplo, en educación física o arte, el hacer tiene más peso, mientras que en filosofía o matemáticas, el saber y la capacidad de análisis son fundamentales. Entender esta diferencia puede ayudarnos a enfocar mejor nuestros esfuerzos dependiendo de la materia.

    Además, se destaca la importancia de ser constante, de participar, de no dejar acumular trabajos ni esperar a que llegue el plan de mejoramiento para mejorar. A veces, como estudiantes, caemos en la trampa de dejar todo para el final, o de pensar que porque una asignatura no tiene muchas horas o parece fácil, no va a influir a la hora de terminar nuestro ciclo escolar. Pero este articulo deja claro que cada actividad cuenta y que cada asignatura importa, porque todo hace parte de un promedio que define si pasamos o no el año.

    Por último, me gustó mucho el mensaje final, que habla de responsabilidad personal. No se trata de culpar al profesor ni a las circunstancias, sino de reconocer que el resultado de nuestro año escolar depende en gran medida de nuestras decisiones diarias. Si desde el principio conocemos las reglas del juego, no hay razón para andar pidiendo “décimas regaladas” o buscando excusas. Todo depende del compromiso, la disciplina y la actitud con que enfrentemos el proceso educativo.

    En resumen, este texto me ayudó a ver la evaluación no como un castigo, sino como una herramienta para mejorar y para tomar conciencia de que soy el principal responsable de mi proceso de aprendizaje. Si todos los estudiantes leyéramos y entendiéramos este tipo de documentos desde el principio del año, seguramente viviríamos nuestra educación de una manera más consciente y con mejores resultados.

    Ana Maria Cruz Espinosa 10-02

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  31. Comentario sobre el texto “Algunos apuntes sobre el sistema institucional de evaluación”

    Considero que conocer a fondo el sistema institucional de evaluación es esencial para cualquier estudiante. Saber cómo se evalúa nuestro proceso académico y personal nos da claridad y nos permite actuar con responsabilidad desde el principio. En este caso, el texto no me pareció ni exigente ni complicado, sino más bien útil y necesario, porque deja muy claro qué se espera de nosotros y cuáles son los criterios que orientan nuestra formación.

    Algo que valoro especialmente es que la evaluación no se limite solo a los conocimientos (el saber), sino que también contemple las habilidades prácticas (el hacer) y, sobre todo, la formación personal (el ser). En mi opinión, este último aspecto es el más importante. No basta con saber mucho o hacer bien las tareas si no se está creciendo como persona. Un sistema educativo que no forme seres humanos íntegros pierde sentido. Para mí, la educación debe ser una herramienta para mejorar, no solo en lo académico, sino en cómo enfrentamos la vida, cómo tratamos a los demás y cómo nos comportamos incluso cuando nadie nos está mirando.

    También me parece acertado que la nota mínima aprobatoria sea 3.0. Más allá del número, esa exigencia nos invita a dar lo mejor de nosotros. Deja en claro que no podemos conformarnos con lo mínimo y que la excelencia se alcanza con esfuerzo, constancia y responsabilidad. Esto me lleva a algo que considero fundamental: la responsabilidad como valor. Muchas veces se subestima, pero para mí es la base de todo. Ser responsable implica comprometerse de verdad, cumplir con lo que se debe hacer, y asumir las consecuencias de nuestras acciones. A eso se suma la disciplina, que no siempre es fácil de mantener, pero que marca la diferencia entre quien solo cumple y quien realmente quiere superarse.

    En lo personal, este texto me hizo reflexionar sobre cómo estoy viviendo mi proceso como estudiante. Me recordó que cada cosa que hago o dejo de hacer tiene un impacto, no solo en mis notas, sino en la persona que estoy construyendo día a día. Por eso creo que un buen sistema de evaluación no es el que más califica, sino el que más nos reta a ser mejores. Y esa mejora empieza cuando decidimos tomarnos en serio lo que somos, lo que hacemos y lo que queremos llegar a ser.
    Cordialmente:

    Sara Garcia

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  32. como estudiante, al leer este texto no puedo evitar sentirme interpelada directamente. Me hace pensar en cuanto depende realmente de mi el proceso educativo, y en como a veces caigo en la trampa de buscar excusas cuando no doy lo mejor de mi. Es cierto que muchas veces le echamos la culpa al profesor, el sistema, o incluso al destino, sin detenernos a pensar que cada decisión, cada esfuerzo- o su ausencia- tiene un impacto directo en nuestros resultados.

    Me gusto que el texto no solo se enfoque en la nota como un numero frio, sino que habla del "ser", del "saber" y del "hacer". Eso me recuerda que no soy solo una estudiante mas cumpliendo con tareas, sino una persona en formación integral. También me parece importante la claridad con la que se menciona que todas las asignaturas cuentan, incluso esas que a veces vemos como "relleno". La verdad es que formar el carácter, los valores y la ética también hacen parte de mi crecimiento como ser humano.

    Eso si, aunque el mensaje, me gastaría que fuera transmitido como un poco mas de empatía. A veces los estudiantes no necesitamos un regaño, sino una guía, alguien que nos entienda pero que también nos rete. Porque si, lo que dice el texto es cierto: al final, todo depende en gran parte de uno mismo. Y me quedo con esa ultima frase: haz lo que debes hacer. Porque estudiar, mas que una obligación, es un compromiso conmigo misma.

    Karen Jhuliana Lombana Triana 10-2

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  33. El artículo sobre el Sistema Institucional de Evaluación (SIE) presenta una visión integral del proceso educativo, en la que el estudiante no solo es evaluado por sus conocimientos, sino también por su actitud, compromiso y desempeño. Me pareció fundamental entender que el SIE no es solo un reglamento, sino una herramienta que nos permite tomar conciencia de nuestro rol activo en la formación académica y personal.

    Uno de los aspectos más importantes que resalta el texto es la necesidad de asumir con responsabilidad cada actividad propuesta. No basta con presentar un cuaderno al día o entregar una tarea ocasional; la evaluación es permanente y abarca todas las dimensiones: el ser, el saber y el hacer. Esto exige constancia y planificación, no improvisación.

    También me pareció clave la reflexión sobre la nota mínima: 2.9 no es 3.0. Más que una advertencia matemática, es un llamado a evitar el conformismo y a dejar de justificar los errores con excusas. Rogar por décimas revela una falta de compromiso que debemos superar si realmente queremos aprender y avanzar.

    El SIE deja claro que nuestras decisiones diarias tienen un impacto directo en los resultados. En ese sentido, me comprometo a llevar un control real de mis evaluaciones, a no subestimar ninguna asignatura y a participar activamente en todas las actividades escolares, reconociendo que todo suma en la formación integral.

    Christian Eduardo Torres Camacho
    10-2

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  34. Este documento tiene un gran valor tanto educativo como formativo ya que cumple con dos funciones: En primer lugar, explica con claridad los fundamentos legales y pedagogicos del Sistema de Evaluación del Colegio Jhon F Kennedy, por otro lado invita a los estudiantes a tomar conciencia y responsabilizarse de su proceso académico.

    Uno de los principales aciertos del texto es que transciende el metodo tradicional de la evaluación como un simple número, acá se insiste con fuerza que no sólo se debe estudiar por una "nota" si no que lo esencial es desarrollar y demostrar tus habilidades, crecer personalmente y prepararse. Sin embargo, también se reconoce con realismo que en el Sistema Educativo, la calificación es el mecanismo que a fin de cuentas define tu promoción escolar, por lo tanto el conocimiento del SIE no es un derecho sino una necesidad.


    Al leer el artículo "El Sistema Institucional de Evaluación", no pude evitar detenerme a pensar en cuantas veces en la vida escolar, se ve la evaluación como un castigo o como un obstáculo que hay que superar solo para pasar el grado. Pero el texto me llevo a ver el proceso desde otra perspectiva: No como una carga sino como una herramienta muy poderosa para el crecimiento personal y académico. Si soy sincera es un mensaje que muchos estudiantes necesitan escuchar no porque estén haciendo algo mal, si no porque a veces se nos olvida el propósito real de ir a estudiar, lo cual es formarnos como personas más allá de una simple nota.

    Algo que valoro del texto como ya lo dije anteriormente es que invita a los estudiantes a asumir responsabilidad sobre su educación propia, algo que, en mi opinión, marca la diferencia entre un estudiante que solo "entrega" o "cumple" y uno que realmente si se esta preparando para la vida. La frase "Tu situación escolar es producto de tus decisiones" me resonó bastante ya que es fácil culpar a los profesores, al sistema, a la materia o incluso al cansancio. Pero cuando uno se detiene a pensar, se da cuenta que la mayoría de las veces si tuvo la oportunidad para hacer las cosas de una mejor manera posible, para estudiar un poco más, para entregar a tiempo, incluso para preguntar algo cuando no estabas entendiendo pero decidimos muchas veces dejar todo para último momento. Y hay es cuando nos damos cuenta de que algo estamos haciendo mal.

    El texto endulza la realidad, dice las cosas como son, un 2.9 no es un 3.0 por más que nos duela, el Sistema tiene reglas claras, y no sirve llorar por una nota cuando no se hizo lo necesario desde el principio, no se trata de perfeccionismo si no de compromiso, no siempre la nota va a ser buena pero si deberíamos aspirar a dar lo mejor de sí mismos y no buscar alguna excusa.

    La reflexión que me deja este texto es clara: si quieres tener control de tu proceso educativo tienes que conocerlo, entenderlo, y tomarlo en serio. Leer el SIE, hacer preguntas, entregar las tareas, participar, calcular tus propias notas, asumir errores y corregirlo.Todo eso te da poder sobre tu camino. Y no se trata de complacer a los profesores, sino de ser fiel a uno mismo, a las metas que uno tiene.

    En lo personal, creo que la educación no es solo un derecho, sino también un compromiso contigo mismo. Es tu vida la que está en juego. No es solo pasar el año, es construir quién vas a ser mañana. Por eso, este texto me parece algo mas alla que un solo instructivo: es una invitación a despertar, a asumir el control, a dejar de actuar por flojera y a comprometerte de verdad con tu proceso.
    El mensaje con el que me quedo es: no hay que estudiar para complacer a nadie si no para convertirte en la mejor versión de ti mismo.
    Maria Jose Bueno
    10 2

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  35. Me parece valioso que el mensaje no se limite a hablar de números o notas. Se siente honesto y directo cuando dice que no se trata de vivir por la nota, sino de prepararse como persona, de crecer en conocimientos y también en valores. Pero al mismo tiempo, reconoce una realidad: al final del año, las notas sí tienen peso, y es importante no descuidarlas.

    Lo más potente del texto es que invita al estudiante a hacerse cargo de sus decisiones. En lugar de culpar al profesor o al sistema, plantea que cada uno debe asumir con madurez las consecuencias de su actuar. Esa es una lección de vida que va mucho más allá de la escuela.

    También valoro el enfoque en el ser, saber y hacer. La evaluación, según lo describe el texto, no es solo si sabes la respuesta correcta, sino cómo te comportas, cómo participas, cómo respondes a los desafíos. Eso hace que el proceso sea más justo y más completo.

    En resumen, este texto tiene un tono claro, firme pero también afectuoso. No regaña, pero tampoco endulza la realidad. Es una guía sincera para que los estudiantes entiendan que su educación está en sus manos, y que el esfuerzo constante, la participación y la actitud son tan importantes como el contenido mismo de las materias.


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