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domingo, 23 de agosto de 2020

EDUCACIÓN PRESENCIAL Y EDUCACIÓN VIRTUAL





El confinamiento por la pandemia del Covid-19 nos ha obligado a experimentar durante 5 meses ya una forma distinta de vivir la escuela. Los maestros presentan los temas y las actividades académicas en una guía, en el whatsapp o la plataforma y los estudiantes encienden el computador o el celular y mediante una charla indirecta con maestros a través de chats, videoconferencias y herramienta tecnológica, desarrollan los trabajos... Muchas veces llenos de dudas  e inseguridades, hacemos las tareas, las organizamos y las enviamos para la revisión por parte del profesor. Pero al mismo tiempo hoy no enfrentamos el afán por llegar temprano a clase, por levantar la mano para contestar a lista, por entregar el cuaderno...tal vez si me quedo en cama un rato más no habrá diferencia y nadie lo va a notar, tal vez puedo inventar alguna "mentirilla" para entregar el trabajo mañana y descansar un poco hoy. 

Sin embargo esas circunstancias, que podrían parecer favorables, nos ponen en una situación embarazosa. A diario hemos enfrentado la difícil decisión de continuar o parar, de seguir insistiendo con trabajos y tareas, con clases virtuales y chats o esperar a que pase la pandemia. Cada día se impone la necesidad de darle sentido al trabajo a distancia, aislados, solos...y es que hay momentos en los que se siente un impulso fuerte por desistir, se acaban los ánimos, se confunden las ideas y se piensa que difícilmente se podrá aprender y que tal vez se "pierda el tiempo" al seguir la escuela en estas condiciones. Nunca antes habíamos apreciado tan directamente las obligaciones personales que exige estudiar y prepararnos.

Por lo tanto es hora de empezar a comprender a qué nos enfrentamos y buscar la manera más efectiva de hacer frente a la situación, es decir, de entender cómo es la escuela hoy. No vale que busquemos a diario evadir lo que nos corresponde e ignorar las clases virtuales o desatender a los llamados de los maestros; no es favorable hacernos los locos con el directorio de profesores, la lectura de las instrucciones que aparecen en la guía o en las novedades de la plataforma y mucho menos dejar en visto los mensajes que se reciben en el chat del grupo. Pretender evadir la situación con el silencio no es la mejor solución a la crisis. Lo más probable es que a medida que pasen los días sea muy obvio que la vida siguió su rumbo tomándonos ventaja... y nos ha dejado estancados por propia voluntad.


Tal vez no se ha logramos entender o no se ha querido entender las condiciones que exige la educación formal y mucho menos remota, porque es necesario reconocer que la AUTONOMÍA es el pilar fundamental para este tipo de educación a la distancia. La iniciativa está en cada quien, porque es el estudiante virtual el que decide iniciar la jornada escolar a las 6 de la mañana, y quien se obliga a leer cuanta instrucción se escribe en la guía, la plataforma o el whatsapp. Cada estudiante desde sí mismo le da la importancia a la tarea y se compromete desde su propio yo a resolver las actividades.  

Mientras no se entienda la dinámica de la clase virtual que consiste en recibir el tema, leerlo, estudiarlo, tomar nota, discutirlo con quien esté a nuestro lado, aplicarlo y retroalimentarlo, bastará sacar una excusa, buscar un pretexto o entregar un trabajo copiado del amigo. La fuerza de voluntad, la disciplina y convicción de cada uno es el mejor aliado para enfrentar, desde el rol de estudiante, la nueva forma de la escuela hoy y así responder a los dilemas de la falta de entusiasmo que genera el trabajo virtual.

Cuántas  instrucciones se han recibido de parte de los docentes para desarrollar de la mejor manera el trabajo escolar: Lea muy bien los títulos, encabezados, instrucciones y enunciados. Recuerde comunicar sus dudas por la plataforma, el whatsapp o el correo. No olvide que los temas están organizados y las actividades están relacionadas con los temas. Tenga en cuenta la buena comunicación, no ahorre en palabras cuando pregunte o conteste...no escriba en fragmentos como si estuviera aprendiendo a leer, recuerde que las ideas se expresan completas y se escriben en párrafos...Oiga, la buena presentación es parte fundamental del trabajo, así que aplique normas ICONTEC. Tenga presente el cronograma, el calendario de actividades y revise las tareas antes de enviarlas...toda estrategia que pretenda reemplazar las horas de diálogo en las clases es apenas un intento, pero se debe considerar a detalle y con consciencia y aplicar con dedicación. Porque no tiene sentido las teleconferencias o clases virtuales de dos o más horas cuando solo se busca la pregunta para contestar al azar o por intuición (o por copia que es peor) sin estar dispuesto a un intercambio de ideas, a una discusión abierta, a escuchar al maestro o al compañero, a consultar o explorar sobre el tema en la red.



Desde esta perspectiva ni la educación presencial y mucho menos la virtual tienen razón de ser, y los docentes como acompañantes del proceso, guías de la formación, salimos sobrando, porque como simples  transmisores de conocimiento no hacemos mayor cosa y sin la voluntad de los estudiantes para atender y escuchar o para realizar una tarea, menos.